lunes, 23 de enero de 2012

Hoy está todo tan raro

Pienso, pienso, pienso... estoy cansada de pensar. Siento que en cualquier momento voy a explotar y no sé de qué forma. Pero es esa pequeña manía de darle mil vueltas al mismo "problema", cuando capaz que no es más que excusa para no pensar en otras cosas. Siempre digo "tengo que seguir", porque creo, supongo, espero tener eso que se necesita para continuar, pero muchas veces me quedo ahí, estancanda, con un nudo en la garganta y la idea de ser feliz se ve un poco... bastante alejada de mí. Y es algo propio, porque si quisiera podría estar bien pero para ganar algo, hay que arriesgar, hay que saber dejar ir. Cosas que muchas veces me pregunto si estoy dispuesta a dar y me quedo en la pregunta... me asusta esa posibilidad de seguir diciendo "no", en realidad, duele creer que ya no soy tan fuerte cuando sé que sí, sólo necesito un poquito de esfuerzo... como todo en esta vida. Como dicen "el dolor es inevitable, pero el sufrimiento opcional." Y sé que puedo recordar todo eso que quiero dejar con una sonrisa, pero también miro hacia al futuro y esas lágrimitas salen con sólo pensar que me va a faltar tanto. Aunque también dicen que las cosas buenas terminan para que puedan empezar otras mejores... sólo confio en eso sobre que la lluvia trae cambios y que los cambios, a la larga, son buenos. Al final, todas esas cosas que aprendí hace tiempo, son las que hoy se van cumpliendo... pienso que sólo necesitamos un poquito más de fe en eso que nuestro corazón siente pero a veces olvidamos escuchar. No es mucho pero a veces nos cuesta ponerle un stop a esa vida un poco alterada que llevamos...
Pero... quién nos dice que a la vuelta de tanta derrota cambiemos de pilchas y los miedos nos dejen en paz? Hoy está todo tan raro ♪

Decime-

Decime qué ves cuando cerras los ojos. ¿A dónde te lleva tu imaginación, tu corazón? ¿Sentís lo mismo que yo o simplemente vivimos en mundos completamente distintos? ¿Logras ver ese abismo que crece día a día, o todavía no es tan visible como parece? Mira a través de mí, descubri eso que no demuestro, como solías hacer. ¿Ves algo diferente o aún me reconoces? ¿Ves una imagen perdida de lo que conociste de mí, de lo que fuimos? ¿O simplemente lo dejaste huir, perderse y desaparecer en algo incierto que muchos llaman 'pasado'? Alguna vez creímos que el tiempo es infinito, que pasado, presente y futuro son lo mismo: sólo nombres para algo que no podemos controlar pero preferimos creer que si. ¿Puede ser, entonces, que recupere algo de eso que fui? ¿Realmente quiero, realmente es mejor? No sé. ¿Realmente dejé de serlo? No lo creo. Decime qué escuchás cuando dejás de oír. ¿Escuchaste alguna vez lo que quisieron decir mis silencios? ¿Lo que había detrás de mis palabras? ¿Escuchaste realmente mis perdones, mis lamentos, mis decepciones, mis consejos, mis errores, incluso sin mencionarlos? Simplemente, ¿alguna vez me dejaste de oír para empezar a escucharme? A veces lo dudo, pero quizás yo nunca te escuché o vi, sólo te oí, miré, analizé; quizás no te conocí o tal vez hoy te desconozco, nos desconocemos. Alguna vez creímos que el adiós no iba a entrar en nuestras vidas, que la distancia es sólo un espejismo. ¿Realmente somos tan fuertes como pensabamos? ¿Realmente crecimos tanto como decíamos? Tal vez nunca dejé de ser una niña caprichosa, egoísta, soñadora, que siempre va a negar que alguien puede derrumbar su universo de magia, que piensa que es capaz de salvar el mundo. Quizá, soy solo eso. Decime qué sentís cuando dejás de esperar. ¿Realmente alguna vez sentiste ese vacío que todavía habita en mí, con el que trato de luchar día a día cuando no soy más que yo, un corazón que amenza con desmoronarse y una mente que no pretende cooperar? ¿Realmente crees sentir eso que todos llaman amor, algo tan inexplicable e infinito, mágico y precioso? ¿Podés sentir como todo nos alejó? Y no tengo miedo de admitirlo...cambie... y siempre dijimos que lo cambios tienen algo bueno.

miércoles, 18 de enero de 2012

Volver-

Había olvidado quién era realmente, no recordaba que vivía en un mundo más hermoso del que todos llaman "real".
Y me pregunto por qué olvidé ésto, si es lo que realmente me hace ser yo... Aprendí que las personas llaman real a lo primero que pueden ver, oír, tocar, sentir y que no llegue a defraudarlos.

Desde pequeña creí en la magia, pero me alejaron de ella. Ella me había enseñado cómo luchar y seguir por mis sueños hasta conseguirlos. Me sentía libre, sin miedos, nada me preocupaba... quizás solamente las lágrimas de esos a los que amo, aunque no entendía porque lloraban si siempre hay una solución. Sólo me guiaba por lo que me importaba, por lo que me hacia sentir cómoda, feliz, algo más allá de lo que todos llaman "real", más allá de lo visible.
Para esa niña que fui, lo real era lo que no podía ver pero su mente entendía, lo que no podía tocar pero su corazón sentía. Era una conexión especial con todo lo que la rodeaba.
Yo escribía, leía esos cuentos e historias de magia, amor, locura... que sin darme cuenta voy viviendo. Crecí y por mentiras me aleje de aquel mundo para acercarme a este. Aprendí que este es el "real", donde lo material es la felicidad, donde los fracasos son culpa de algún ser superior y donde los éxitos son puramente humanos. A medida que conocía más las realidades, más me lastimaba. Pero entre ambos mundos hay una clara conexión, invisble a ojos que deciden estar cegados... yo sólo quiero encontrarla. Quiero volver un sólo segundo a esos tiempos dorados, donde no necesitaba razones para sonreír, sólo lo hacía porque sentía la necesidad de devolverle a la vida algo de todo eso que ella me daba.
Aún así, alejándome de aquel mundo "fantasioso" para la mayoría, no encajaba totalmente en este. Siempre me cuestionaba cómo era, sobretodo mi mente y corazón: nadie me comprendía si decía algo, pero siempre me preguntó si las demás personas pensaban constantemente posibilidades de un futuro incierto como yo... más allá de un príncipe que me rescatará, soñaba con otras cosas, con cambiar aunque sea un poco la vida de los que la rodeaban, regalarles felicidad, compartir sus lágrimas, ser esa mano que los levante de las caídas. Con siete años entendía más del amor que varias personas que veo todos los días: sabía que por más peleas y desencuentros, "el amor es como el sol, tiene que renacer cada día y a pesar de la oscuridad, va a seguir brillando en algún lugar"...

De a poco fui volviendo a mi propio mundo, aunque me cueste mucho más creer en esa magia de la vida, en el amor, en la felicidad. Sin embargo, tengo personas que me acompañan y guían y ahí, si encontré mi lugar. Sabía que no estaba sola, las mentiras duran muy poco, pero a veces la vida te golpea fuerte y justo ahora no puedo dejarme caer, me gusta cumplir las promesas. Debo caminar con seguridad, cada decisión lleva su consecuencia y no quiero más dañor colaterales.
Solo sería más fácil si no hubiera tanto dolor, sufrimiento e ignorancia en las miradas. Sé que puedo cambiarlo... pero ¿cómo lo hago si en mi mirada se refleja la misma pena?